Cuando todas las músicas de fuera se hayan apagado, cuando su sonido se haya esfumado ... hay que seguir escuchando la música de dentro. Esa es la real que suena eternamente. Es la música callada de la que nos habla San Juan de la Cruz.
Si la herida no se abre y expulsa el pus no se purifica; y sin purificación no hay amor. El sacrificio te lleva al amor, pero que sacrificio tan dulce aquel que se hace por amor.
HATIKVA SHEL ERETZ YSRAEL U'YEDID NAFSI BA'AHAVA
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